domingo, 1 de septiembre de 2013

Broken but fixed.


Si no puedo conocerme a mi mismo nunca conoceré la realidad.

Y pensar que soy de esos que no creen en el amor... Qué hipócrita ironía atormentada por la lluvia que cae de la realidad. No, yo no creo en el amor porque no es mas que un conjunto de reacciones químicas, es verdad. Un conjunto de reacciones químicas que ni siquiera yo puedo controlar, un conjunto de sentimientos que cada beso me da. 
Sinceramente creo que nunca me he querido enamorar pero lo he hecho y seguirá pasando porque cada vez que pruebo otros labios mi parte consciente dice no pero el resto de mi cerebro dice ¿Será este? ¿Por qué no? Y duele, duele tanto que tratándolo de ocultar oculto que soy humano, que vivo, que sufro, que conozco a la perfección al realidad.

Como duelen esos silencios, como duelen esos “somos amigos, ¿No?”. Como duele soportar su recuerdo bajo el vaho del cristal. Años hace que terminé una parte de mi vida pero sigue latente en realidad, sigue sangrando y supurando como el primer día pero espero que deje de sangrar. Y viene otro que se queda con el aroma de mi cama pero tan pronto como viene se va. No funciona engañarme pero a veces duele en silencio, duele tanto que hasta el silencio es lo que te hace sangrar.
¿Quién soy? Eso lo sé pero, ¿Dónde voy? Voy a buscarte y no te he conseguido encontrar, voy a abrazarte pero no eres más que el humo de un cigarro que se consume otra solitaria noche mas. 
Va a durar, va a durar tanto como un año sin agua ni mar, va a durar tanto como el infinito de la muerte que miro cada mañana al despertar. Se me agota el tiempo y en cierto modo hace tiempo que dejé de creer que esto me iba a pasar, dejé de creer que voy a enamorar a alguien y que se va a quedar. ¿Alguno se queda? Qué va.

Sigue bajando el listón solo para esperar una sonrisa, una caricia, un simple “Yo si me voy a quedar”. No, nadie se queda y hace tiempo que dejé de esperar. Es una extraña sensación dejar de esperar pero seguir buscando con ansia y necesidad, es tan extraña que no sé si me duele o solo me hace suspirar.

¡Grita! Dice mi cerebro mientras algo dentro del mismo me obliga a callarme y me dice que no soy nada de lo que fui, que no puedo mantener a nadie porque la sombra de aquel niño se  está perdiendo ya. Una sombra triste y rota pero reintegrada por felicidad, por sonrisas, por otro beso al que esperar. ¿Esperé demasiado o no he comenzado a viajar? Cada día me alejo mas de casa y la cosa sigue sin mejorar, sigue sin aliviar este sentimiento vacío que poco a poco se llena de maldad, sigue sin cambiar mi vida aunque mi físico haya sufrido un cambio radial. 

Porque no he cambiado y sigo siendo un niño esperando en la orilla del mar, porque nada se ha quedado e incluso mi sonrisa se fue ya. 
Espera, desesperar, llora y vuelve a esperar porque quedan muchos años y quizás sean solitarios pero la vida no es conseguir lo que quieres, es simplemente esperar, desesperar y volver a llorar.