lunes, 6 de mayo de 2013

Errores


En algún punto de mi vida perdí el control de todo, me gustaría recuperarlo.

A veces las mentes se confunden y no entienden, a veces el corazón grita desgarrado y no te das cuenta. Otras veces, escuchas los susurros de un niño interior magullado y desesperado, buscando redención.

En algún punto del camino decidí que ese recorrido no era el mío, me escapé de él y anduve por el bosque como un pequeño conejo en busca de cobijo. Buscaba laureles y torres con mi nombre, buscaba el infinito en una gota de agua pero todo eso ya cambió. El camino no solo te enseña lo que tienes que recorrer, te enseña que aquello que tuviste y perdiste algún día ha de volver, te enseña que por oscura que esté la carretera un faro siempre aparecerá y vislumbrarás el oculto camino que tu vida desenreda a cada paso que das. Un camino doloroso, amargo, soleado y risueño, un camino que con sangre y sonrisas hace tu felicidad.

Destruye todo lo que has creado.
El mundo se merece empezar de cero.
No estamos preparados para crecer, queremos ser ese niño que quiere hacerse mayor pero el momento nunca llega, la vida no es siempre fácil pero tienes que vivirla. Ya no busco estatuas laureadas con rosas sin espinas, ya no busco el camino fácil de la vida. El tiempo ha quebrado los esquemas de una felicidad marchita por un tiempo que no es el mío, el tiempo me ha enseñado que la juventud, la belleza y el temor son sentimientos que sin duda alguna se olvidan. Estudia, lee, infórmate y diviértete con los placeres carnales pero no esperes la perfección porque al final del camino no quedarán cuerpos ni miradas, no quedarán llantos ni desolación, solo estarás tu en una oscura playa recordado todo lo que en tu vida te dijo adiós.

Recuerda los momentos dolorosos,
quedan bellos momentos por llegar,
recuerda las sonrisas, las lágrimas;
Recuerda todo lo que hiciste mal.

Querido amigo,
no quiero ser recordado por mi genialidad,
quiero ser recordado por mis errores,
por mi ira, por mi falta de sigilosidad. 
Querido amigo...
Quiero que me recuerden por mi felicidad.

Una vez alguien me dijo: “No te avergüences de tus cicatrices, de tus marcas, de tu forma de actuar, avergüénzate de no haber cometido mas errores, de no haber roto tus esquemas una vez mas”. Recuerdo este momento como si fuera ayer, recuerdo este momento porque él me hizo creer en lo que hoy puedo ser.

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