martes, 20 de marzo de 2012

El sol no regresa

Querido enemigo:

Las cicatrices ya no sanan porque no podemos levantarnos. Nuestro lado está desierto de esperanzas y muerto por la incertidumbre de un mañana lúgubre. Querido enemigo, ya no quedan sonrisas en nuestro lado, solo una lágrima tapada por la sombra de otro arma que se desploma mientras un alma cae y más y más sangre brota. Querido enemigo, ¿Porqué hacemos esto? Duele, duele tanto ver como nadie consigue lo que quiere, como los sueños se entierran bajo otra pisada mientras miramos al frente. Y pensar que; todos mis compañeros en orilla otrora eran felices, tenían alguien a quién amar... Pensar que la sonrisa de un niño les daba paz y felicidad, todo eso ya no está. Todo el mundo ha muerto ya, no en cuerpo, pero en alma quizás. Son sólo ánimas vagantes por el desierto de la realidad, cuerpos despiertos pero sin vida que caminan otro día mas. Querido enemigo, aún recuerdo aquel día en el que fuimos amigos y me prometiste que no me ibas a dejar, recuerdo como me abrazaste y dijiste: tranquilo compañero, mañana un nuevo sol saldrá. No quiero pensar que ya no me recuerdas, ya no quiero pensar más, solo quiero sentarme y ver tu retrato, el de la mujer que amo y ponérmelos en el pecho y empezar a llorar. Una lágrima tras otra que me liberará del dolor, de esta incertidumbre de saber si sigues vivo, que me dará paz. Querido enemigo, tú que antes eras mi amigo, quiero confesarte la realidad, llamamos guerra a lo que no existe con armas de verdad, llamamos guerra a todo el sufrimiento que no nos procura la paz. Querido enemigo, tú que antes eras mi amigo, sólo quiero que leas estas letras y que sepas algo: Bienvenido al futuro, a la oscura y sobretodo, cruda realidad.


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