lunes, 23 de julio de 2012

A veces sólo necesitas gritar.


“Prometes lo que no conoces, juras sobre lo que escupes y vives bajo toda tu maldad”

Todos tenemos un millón de posibilidades para alcanzar lo imposible o volver de nuevo a esa húmeda cueva que es nuestra soledad pero no conocemos a ciencia cierta el poder que podemos tener en nuestras manos. Lo tenemos todo y nada a la vez, un grito, un susurro una mano postergada por el pasado entre millones que no puede ser olvidada porque crea el control. Cada parte de ti que grita cambiar y sobrevivir, cada parte del universo que está a tu favor torturando cuerpos cansados de odio y olvido sin compasión.



Estás tan arto de quejarte sobre todo lo que va mal y todo lo que podría cambiar que no te das cuenta de que sigues tirado en tu sofá, sigues ahí como otro cuerpo inerte y exhausto que no consigue nada excepto incapacidad porque mientras tu vecino grita por cambiar el mundo tu solo te abres otra cerveza y procuras que el día acabe pronto porque llevas un año horrible, porque llevas una vida horrible. Pero, no te paras a pensar que cada cosa que ignoras puede ser un momento de felicidad, un momento en el que puedas gritas que todo se ha acabado y vas a volver a empezar. Porque, tenemos millones de oportunidades y muchas vidas por gastar porque el “game over” aún no está por llegar. Podemos enmendar cada error cometido, podemos romper todas las reglas conocidas con el fin de mejorar. Pero no, tú sigues quejándote frente a ese estúpido televisor, sigues muerto en vida y no tienes explicación.




Siéntate en tu sillón y sigue farfullando que todo va mal, el resto del mundo quizás se levante a gritar, quizás se levante a pragmatizar cada instante para hacerlo universal. Y no me importa si no lees esto nunca o nunca te das cuenta de donde estás. Mientras sólo una persona rompa su silencio y agonía para ver la realidad, el resto del mundo abrirá los ojos y volverá a gritar, a correr, a conseguir lo que siempre hemos querido, a volver a empezar sin crear nuestro propio y prematuro final. Por todas esas personas que un día decidieron levantarse y caminar. Regalo estas letras a cada persona que gritó y empezó a cambiar enmendando sus errores, mirando atrás para no volver a fallar.




Dedico este post a Juanjo (@Kerrs) porque sé que está un poco liado con eso de mi bipolarismo Twitter-Blog. Ea, ya tienes un poco de positivismo entre toda esta depresión. Gracias :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario