domingo, 15 de julio de 2012

Todo empieza donde nada acaba.


“Si tu límite es el cielo, es que no quieres llegar lejos porque, querido amigo, los sueños no tienen límite.”

-Cuando naces, sólo necesitas alimentarte y un poco de cariño. Cuando vas creciendo cada vez vas necesitando mas pero, al mismo tiempo, a menos gente. Desgraciadamente algunas personas con el tiempo, dejan de necesitar a los demás, saciando su insípida alma con el reflejo que un espejo corroido por la humedad les devuelve y eso, se llama miedo. Miedo a quedarte solo, miedo a tropezar, miedo a no llegar al cielo, miedo a mirar atrás.



Cualquiera de estos días te levantarás de aquel hundido sofá y te darás cuenta de que te falta algo y te preguntarás: “¿Es que no lo tengo todo ya?” Lo tienes todo y no tienes nada. Ese susurro por la mañana, ese beso al despertar, aquella sonrisa coqueta que te dedica alguien especial. Pero no te confundas, eso no es la felicidad. La felicidad es llegar a casa y escuchar “cariño te quiero” es salir a la calle y escuchar “aquí me tienes, compañero”. La felicidad es, en resumen, abrir un día los ojos derramando lágrimas y que alguien te abrace, te seque las lágrimas y te diga que no vas a estar solo nunca más. Y tú, ser “superior” del infinito universo vuelves y deslumbras tu propia soledad con un acto de agonía que encierra a tu corazón en soledad. Tocando el cielo como límite sin llegar a conocer, que todo lo que tienes no te lleva a ningún lugar, que siempre que tengas a alguien cerca, el cielo no es la meta, es donde debes empezar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario