domingo, 2 de septiembre de 2012

No puedes retroceder


De todos los placeres humanos, sin duda alguna me quedo con el dolor, el daño y la desolación.

Todos nacemos siendo ovejas en un gigantesco rebaño pero, hay lobos y criaturas que se dedican a hacer daño, a torturar hasta la muerte a los demás y, a veces, sólo a veces una de esas ovejas torturadas se revela, cambia su mentalidad y algo dentro de ella empieza a gritar. Ese instante, ese preciso instante cambiará toda su vida, un instante en el que, el amenazador cuchillo del lobo pasa a manos de la oveja. Mas tarde se da cuenta que no tiene porque atacar, pero puede hacer daño, tanto o mas daño que todos los demás, puede dictar sentencias de muerte sin mancharse las manos de sangre o dolor, sin ejecutarlas. Pero, disfrutando hasta la saciedad del sufrimiento que otros le han provocado o inclusive de "ovejas" que no se lo han llegado a provocar.

Ahí reside el verdadero cambio de oveja a lobo, ahí reside el sádico placer que oscurece tu sangre hasta el punto de que una herida, a penas llegue a sangrar. Y, ahora, hablemos de personas. Todos hemos sido ingenuos y buenos, santos me apresuro a decir pero, un pequeño instante, una puñalada invisible en un segundo infinito de tu vida puede hacerte cambiar, porque esa puñalada se repetirá día tras día hasta el fin de tu existencia, quebrándote por dentro y haciéndote desear esa maldad. Un preciso instante en el que la oveja muere y renace cual fénix un feroz animal desgarrado por la civilización. Así es como un instante de tu vida cambia tu rol, pero no acaba ahí, porque las puñaladas no paran, y tú, ingenuo ser lleno de maldad contenida, sigues controlando tus gestos para dejar de hacer daños, pero no te equivoques, esas puñaladas invisibles llenas de un veneno que no se puede curar, no van a parar.


Seguramente, si eres uno de estos excepcionales casos, un día grites "¡Se acabó!" y pares esos puñales incandescentes que te atraviesan para empezar a hacerlo tu, para comenzar una carrera hacia el final de tu vida manchada de sangre, manchada por el dolor de personas que quizás, y solo quizás, nunca te quisieron dañar. Bienvenido al mundo donde la gente no sabe perdonar, bienvenido a un mundo donde el dolor perdura y no va a parar, bienvenido a tú mundo querido lobo, ahora ya no eres otro más. Bienvenido, a tú oscura, sádica y cruda realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario