martes, 18 de junio de 2013

Carta a un suicida


No existe razón para acabar con lo que nunca ha sido tuyo.

La vida rara vez es lo que de pequeños imaginamos, lo que de adultos queremos. Jamás olvides que estás en el mundo por suerte. Un simple juego de probabilidad y genética que hace que tú, sólo tú, entre un millón de posibilidades hayas llegado a nacer.

El dolor no es razón suficiente 
para dejar de caminar.
Quizás vivir no sea divertido pero es vivir. Odio a esas personas que se quitan la vida y lo dejan todo atrás, odio a ese tipo de personas que no valoran su existencia, su cruda realidad. ¿Quienes creéis que sois? ¿Realmente creéis que podéis elegir entre vivir o morir? Mientras tú piensas en las 3 maneras distintas de quitarte la vida, mil personas están en la cama de un hospital luchando por vivir, luchando por ver el amanecer un día mas, dando gracias por existir.
Mientras tú te dedicas a joder tu vida, un niño está muriendo de leucemia cuando aún no ha terminado ni preescolar. ¿Nunca lo habíais pensado? Vuestro sueño es morir y dejar una foto de vuestro destrozado cuerpo en la primera plana de un periódico local mientras una niñita de 6 años solo sueña con levantarse una mañana y ver que ya no se va a morir, levantarse una mañana y ver que desde ese día saldrá con sus amigos a correr y jugar, a respirar sin que un viciado aire de penalidades queme su humanidad, a jugar a ser niño y tener la vida por delante, simplemente levantarse y poder salir a jugar.

¿Y que si las cosas no son como tu querías? ¿Qué pasa si tu casa tiene 80 metros cuadrados y no es una mansión donde te puedes perder? ¿Es menos valiosa tu vida? Sí, lo es. Y no por la falta de lujos sino por tu falta de humanidad. Desde el momento en el que decidiste acabar con tu vida perdiste tu humanidad, perdiste tu esencia, el egoísmo no te deja ver con claridad. La vida no da buenas oportunidades jamás pero puedes transformarlas en algo que te haga sonreír una vez mas. 
Claro, puedes seguir cortándote las venas, ¿Por qué no? Porque cada vez que tu sangras un niño sale de quimioterapia con la esperanza de llegar a tu mísera edad.

Haz lo que quieras, pero no dejes de existir porque cada segundo de vida que te quitas, es un segundo que cualquier persona con el peso de la muerte en su cuello querría vivir.






1 comentario: