lunes, 24 de febrero de 2014

Hasta siempre

¿Y si te digo que ya no como ni duermo? ¿Y si te digo que lo único que hago es esperar?

Odio tanto el presente que se me ha olvidado que sigo viviendo aquí y, por las mañanas justo cuando abro los ojos, soy una persona feliz. Justo antes de recordar que ya no estás, que se ha acabado todo, que ni vas a volver ni volverás jamás. Odio el presente y me asquea todo lo que tengo a mi al rededor. Ya no vivo en el presente, me paso el día pensando que será de mí  dentro de cuatro años mas. Cuando ya termine de estudiar, cuando otra persona me ame y yo sea capaz de amarla a ella, cuando tu recuerdo solo sea eso, un simple recuerdo y nada más.

Debo confesar que volviendo de clase he visto el bus pasar, nuestro bus, con aquel número que se me graba a fuego en el pecho y una parte de mi creía que iba a llegar y te iba a encontrar ahí, tumbado en mi cama como aquella vez, esperándome sonriente y diciendo que quieres volver. Volver y olvidar todo esto que ha pasado, volver y hacer como si nunca te hubieses marchado. Pero no, no vas a volver.

Ya realmente no sé porqué vivo, simplemente me despierto por las mañanas, me preparo un café muy cargado y seco las dos lágrimas que caen por mis mejillas al pensar que alguna vez estuviste ahí cuando desperté. Ni siquiera me gusta demasiado el café pero aún así lo tomo todas las mañanas. Me obligo a pensar que quizás un hábito tan estúpido como es el café pueda ayudarme alguna mañana a no despertarme pensando en ti, pensando en que tú ya no estás pero yo sigo aquí.




No sé… Ya solo me apetece llorar. Tumbarme en la cama y llorar mientras espero que vuelvas, me abraces y me digas que te quedas, que no te quieres ir que tu sitio está conmigo y no me vas a dejar jamás.


Espero volver a encontrarte un día aunque sea cuando nuestros huesos sean polvo. Solo espero volverte a encontrar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario